"Amantes y destructores. Una historia del Anarquismo"
A los amantes de la libertad,
les forçats de la faim!
En agosto de 1907 se realizan dos grandes eventos en Holanda: el primer Congreso Anarquista en
Ámsterdam y la II Conferencia de Paz en La Haya. El primero tenía como propósito reunir a los rebeldes de todo el mundo con el fin de emprender una revolución social, en tanto la segunda buscaba establecer las pautas estratégicas de la “paz armada” en beneficio de las potencias imperiales. A pesar de la inminencia evidente de una guerra, ninguno de estos encuentros planteó políticas internacionales de prevención de la catástrofe que finalmente se desató el 28 de julio de 1914 con el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria. Dos colombianos de disímiles orígenes coincidieron entonces en los Países Bajos: Vicente Lizcano (también conocido como Biófilo Panclasta), rebelde trashumante, presuntamente judío, que viajaba desde Buenos Aires en representación de la Federación Obrera Regional Argentina al Congreso Anarquista, y Santiago Pérez Triana, diplomático y hábil comerciante de armas (además de hijo del expresidente Santiago Pérez Manosalva) que hacía parte de la delegación oficial de Colombia en la Conferencia de Paz. Una carta del gobierno holandés enviada al Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia que anuncia la detención en este país de uno de sus representantes por participar en un atentado dinamitero amenaza dar al traste con la diplomacia internacional y provoca un incidente político que sirve de pretexto para comprender la infamia de la realidad occidental.
ÍNDICE
En prisión 13
Antecedentes 19
I.- De América a Europa 21
II.- Barcelona 123
III.- París 161
Investigación 219
IV.- En Ámsterdam, y Barcelona aún 221
V.- La primera bomba 271
VI.- La Educación 307
El atentado dinamitero 325
VII.- Holandilla 327
VIII.- París, otra vez 413
IX.- Una temporada en Capri 471
X.- ¡A Rusia, Camarada! 479
El camino de vuelta 543
Epílogo 553
Yo amante de la vida no puedo ser desleal a mi amada. Esta es
pues, una obra realistamente vivida. A través de sus páginas
corre mi existencia, que ora rueda por un despeñadero, ya corre
por un valle florido, poniendo aquí quejas y sollozos, poniendo
allí cánticos y arpegios.
Biófilo Panclasta
EN PRISIÓN
Reino de Holanda
Ámsterdam, 31 de agosto de 1907 a las 23:51 h
Cable recibido en Bogotá, República de Colombia, a las
23:59 h, y transcrito por Tte. A. Gómez Vesga. Traducido
del inglés por Tte. Ricardo Mallarino
Corps de Maréchaussée
Penitentiare
Havenstraat 6
1075 PR
A Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia.
Detenido hoy, en inmediaciones del Plancius Hall, en
Plantage Kerklaan, a las 22 h, delegado de su gobierno a
certamen internacional. Motín luego reunión anarquistas.
Atentado dinamitero.
El sindicado no opuso resistencia.
No presentó pasaporte.
Posible deportación.
La pena por manipulación de explosivos es de tres años de
prisión. Por movilizarse sin papeles, seis meses.
Firmado:
Joost van Oosten
Comisario (Sellos)
─¿En una cárcel de Ámsterdam?
─Como lo ves, mijo.
─Pero... ¿qué hace usted por allá, Panclasta?
─Luchar por la paz con los que de verdad creen en ella.
─¿En Ámsterdam?
─Aquí están los míos, los desheredados de la humanidad, los
olvidados... El Congreso de Anarquistas los convocó.
─Pero no harán la revolución allí, usted lo sabe. La reina no lo
permitirá.
─De lo que se trata aquí no es de la revolución, mijo. Eso ya lo sé. La
monarquía europea no dejará que esta avance un ápice.
─Entonces...
─En realidad las cosas van por otra vía.
─¿Otra vía?
─Un plan de guerra.
─¿Un plan de guerra, Panclasta? ¿De quién?
─De quienes tienen las armas o comercian con ellas.
─¿Y usted cree que los anarquistas pueden evitar esa guerra?
─Somos nosotros quienes establecemos los principios de la paz
universal porque hablamos de seres humanos, no de capital.
─Sigo sin entender qué tiene que ver eso con su prisión en Ámsterdam.
─Es sencillo: los representantes a la Conferencia Mundial de Paz de La
Haya, que también se celebra aquí, en Holanda, han sido enviados por los gobiernos burgueses del mundo para colocar los cimientos de la paz, pero de sus gestiones solo podrán salir incontables y sangrientas guerras en el futuro. Su diplomacia responde a intereses económicos. Nosotros, anarquías, representantes de todos los pueblos oprimidos de la tierra, vinimos a un congreso revolucionario y luchamos por el cambio fundamental del orden social. Por eso somos perseguidos.
─¿Y usted cree de verdad que el cambio del orden social impedirá la guerra?
─Mire, mijo: el Ministro holandés Dirk van Tets tiene cierta inclinación por la revolución. Fue un embajador progresista en Turquía y Alemania, y algunos piensan que es un crítico de la lógica del capital.
─Pero Panclasta: van Tets es ministro de la reina y es el líder de la Conferencia Mundial que usted cuestiona, la misma que, además, se realiza en uno de los palacios de Guillermina... ¿Cree que se opondrá a la guerra?
─Mi ilusión es que él quiera atacar el capitalismo y por eso se oponga a la guerra.
─Me parece ingenuo de su parte. Él no querrá el fin de los privilegios, ni mucho menos oponerse al capitalismo y a la guerra que los asegura.
─Es verdad, mijo. Es iluso contar con los áulicos de los monarcas para detener la guerra. Sin embargo, creo que solo desde esas esferas se puede hacer algo para evitarla.
Gustavo Forero. Amantes y destructores. Una historia del Anarquismo. Berlín, Ilíada, 2019.